sábado, 27 de octubre de 2012

G U E R R E R O: 163 AÑOS

163 ANIVERSARIO DE LA ERECCIÓN DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE GUERRERO

Dip. Fed. Fermín Alvarado Arroyo **

G U E R R E R O: 163 AÑOS


Este 27 de Octubre se celebra el 163 Aniversario de la Erección de Guerrero, como estado libre y soberano. Pero como muchas otras cosas en nuestra tierra, su integración no fue fácil, ni su formación constituyó un acontecimiento repentino. Fue el resultado de todo un proceso que llevó muchos años, y en el que resalta la visión y el tesón de Juan Alvarez y Nicolás Bravo, y la sensible solidaridad de un presidente todavía no suficientemente valorado por nosotros, como José Joaquín de Herrera.
Por la importancia y trascendencia histórica de este acontecimiento, me permito hacer un repaso del mismo, convencido que en la medida que tengamos claro el antecedente de nuestro difícil y esforzado origen, en esa medida los guerrerenses seremos más solidarios con nuestra tierra y con nuestras hermanas y hermanos del Sur.
La creación de la nueva entidad guerrerense, debe entenderse en el contexto de las luchas por la imposición del proyecto nacional, que en el siglo XIX se dieron en nuestro país, entre liberales y conservadores, sin dejar de considerar las ambiciones imperialistas de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, y España, que obligaron a la unificación del territorio nacional para enfrentar sus embestidas.
De esta manera nos explicamos, precisamente, el que haya sido después de la invasión de 1847 y 1848, cuando se acepta la reiterada solicitud de los habitantes del Sur. La fundación del Estado del Sur entraña dos propósitos: el de exhortar al General Juan Álvarez, a contribuir en la región a la anhelada pacificación del país y a fortalecer el sistema federalista, que más tarde daría paso a la modernización de México.
La idea de crear el Estado de Guerrero surgió desde los tiempos de la lucha por la Independencia, pero la geografía, la historia, la cultura, la economía y la política forjaron en las mujeres y en los hombres del Sur, peculiaridades que los distinguían de sus paisanos Mexiquenses, Michoacanos y Poblanos, puesto que desde la época prehispánica existía la provincia de Zacatula, como área independiente de los señoríos mesoamericanos.
De esa demarcación territorial que comprendía parte de la intendencia de México, Puebla y Valladolid, dispuso el Generalísimo José María Morelos y Pavón, para crear la provincia de nuestra Señora de Guadalupe de Tecpan, decisión ratificada en el Decreto Constitucional expedido por el Congreso de Chilpancingo y sancionado en Apatzingán en 1814. Pero la idea de Morelos no tuvo éxito en ese entonces, ni aún después de lograda la Independencia de México, aún cuando en 1821, se identificó al Sur bajo el nombre de Capitanía General de Chilapa. 
Más tarde, cuando se discutió la Constitución Federalista de 1824, los representantes de Chilapa pidieron la creación de un nuevo Estado en el Sur del país. Pero las luchas constantes que se vivieron en la, también, naciente Nación Mexicana, en la primera mitad del siglo XIX, evitaban que el Gobierno Federal aceptara la creación del Estado del Sur, pese a los intentos de personajes como los Generales Juan Alvarez y Nicolás Bravo. Este último, desde 1835 había gestionado ante el gobierno de Santa Anna, la creación del departamento del Sur, pero Santa Anna nunca cumplió su promesa de atender dicha propuesta.
Al desmoronarse la primera República Central, en 1841, Álvarez y Bravo unificaron sus esfuerzos y el 10 de octubre lanzaron un manifiesto en Chilpancingo, en el que convocaban a una junta de 42 pueblos surianos, la “Asociación amigos del Sur”, reuniéndose el 10 de Noviembre, para redactar el Acta de Constitución del Departamento de Acapulco, con lo que pretendían crear de facto la nueva entidad, pero Santa Anna se opuso y el Congreso rechazó la propuesta.
El Coronel Florencio Villarreal, por su parte, solicitó a Santa Anna la creación del Municipio de Tecoanapa, aprobándola con el propósito de debilitar a Álvarez. Sin embargo, los pueblos de la Costa Chica, todos ellos adictos a Álvarez, protestaron y se levantaron en armas, interviniendo Don Nicolás Bravo, en su carácter de Comandante de la División del Sur, para reunificar a toda la Región.
Al ocupar Álvarez, definitivamente, la Comandancia del Sur, dedicó todos sus esfuerzos a lograr que se erigiera el Estado. La influencia de Álvarez y de Bravo, hicieron que el Congreso Constituyente aprobase el 14 de mayo de 1847, la propuesta de erección del Estado de Guerrero, condicionada a la aprobación por parte de las legislaturas de los estados afectados, es decir, del estado de México, Puebla y Michoacán, dentro de los siguientes tres meses.
La invasión norteamericana retardó este trámite y los patriotas surianos tuvieron que desentenderse momentáneamente del asunto, pues, Álvarez, Bravo, Moreno, Villarreal, Ramos y Rea, acudieron en defensa de la Independencia Nacional amenazada. Después de la firma de los tratados de paz, en Febrero de 1848, el Congreso expidió el 19 de Agosto, un nuevo decreto, señalando otro plazo de 3 meses para que expresaran su opinión los Estados interesados. Sería hasta el 16 de octubre de ese año, cuando México y Puebla consintieron en ceder parte de su territorio, mientras que el 23 de noviembre, Michoacán se pronunciaba en contra.
Tierra Caliente protesta y el 25 de febrero de 1849, fue suscrita en Coyuca de Catalán, un acta de adhesión al futuro Estado de Guerrero, mientras que Tlapa y la Costa Chica se sublevaban para apoyar la creación de nuestro naciente Estado. Tuvo que intervenir la sensibilidad de un Presidente como Don José Joaquín de Herrera, para mediar y pedirle al Congreso que adoptara otro procedimiento.
Así, al amparo del inciso VII del Artículo 50 Constitucional, el 15 de mayo de 1849, se expidió el decreto con el cual se crearía un nuevo Estado, condicionándolo, ahora, a la aprobación de las tres cuartas partes de las legislaturas de los estados. Ya con este nuevo mecanismo, 17 legislaturas locales, incluyendo a los estados afectados, aprobaron y ratificaron la creación de un estado más en la República Mexicana, aquel que llevaría por nombre el del heroico insurgente consumador de nuestra independencia: Vicente Guerrero.
Consumado lo anterior, el 20 de octubre de 1849, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen sobre la erección del Estado de Guerrero, y la Cámara de Senadores, por unanimidad, haría lo propio 6 días después. En la sesión de la Cámara de Diputados del 27 de octubre de 1849, se dio cuenta de la aprobación del Senado de declarar erigido en la Federación Mexicana un nuevo estado con el nombre de Guerrero; siendo sancionado el decreto, en esa misma fecha, por el Presidente de la República, José Joaquín de Herrera.
Por eso, el 27 de octubre es una fecha muy especial para las mujeres y los hombres del Sur. Es, desde luego, no solo una fecha fundacional, sino, también, un reconocimiento de la República a quienes con su talento, vocación de servicio y carácter indómito y espíritu de lucha, contribuyeron, significativamente, en la conformación de, esta, nuestra gran nación.

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