Escrito por Jonathan Cuevas
CHILPANCINGO, GRO. Luego de ratificar su postura negativa respecto al tema de la Ley de Asociaciones Público-Privadas, el diputado federal Fermín Alvarado Arroyo destapó sus intenciones de obtener en la próxima contienda electoral la alcaldía del puerto de Acapulco afirmando que “ya le toca”.
Entrevistado en la capital del estado, el diputado federal se abalanzó una vez más en contra del poder Legislativo y el modo en que fue avalada la ley mejor conocida como los PPS.
“Ellos ya aprobaron una ley que ni saben lo que significa, son aceñeramientos y como lo dije yo, las unanimidades despiertan sospecha, es altamente sospechoso que los 46 diputados hayan aprobado por unanimidad esta reforma electoral y luego la ley, yo sigo insistiendo en eso y mi postura no va a cambiar por ninguna cajita feliz, yo ya me reuní con algunos alcaldes pero ellos son los que hablarán solos, pero ya hay algunas voces en contra”; resaltó.
Luego hizo reiterativo su llamado para que los 81 ayuntamientos municipales no aprueben los PPS y las reformas constitucionales hechas por la 59 legislatura local, revelando además que su preocupación, en parte es porque “pronto será alcalde de Acapulco, y los PPS habrán de afectar a su administración”.
“Yo reitero hoy mi llamado a todos los ayuntamientos, a todos los regidores y presidentes de los ayuntamientos a que no aprueben esta ley porque los PPS hipotecan el presupuesto y limitan la disponibilidad presupuestal de las futuras generaciones”; expuso.
-¿Y usted se preocupa porque en las próximas generaciones usted gobernará? ¿O no será que quiere ser alcalde?
-Ah por supuesto, también, pues me preocupa que cuando si Dios quiere yo vaya a gobernar Acapulco.
-¿Entonces es su destape?
-Claro, claro, ya me toca dicen mis paisanos, ya me toca gobernar mi territorio, pero independientemente de eso a mí lo que me preocupa es que el presupuesto se limita a las futuras generaciones, por ejemplo la que va a vivir dentro de 25 años a disponer de los recursos suficientes para hacerle frente a sus propias necesidades, no tenemos ningún derecho, es una grosería.
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